Thelma Cardin, denunció hoy acompañada por otras mujeres, porque el silencio en casos como estos no es fácil de romper. Porque es el garante de la impunidad, del agresor y sus complices.
Precisamente por eso las violaciones, y los abuso sexuales en la infancia y la adolescencia, ocurren mucho más de lo que se denuncian.
La mayoría permanece impune. Los perpetradores suelen ser varones de nuestros entornos. Familiares, amigos de las familias, vecinos, y en este caso compañero de trabajo. Es aquí donde romper el silencio tiene mayores implicancias.
Como vemos en Chubut, en el resto del país estas atrocidades cuentan con la complicidad del sistema judicial machista que garantiza la impunidad.
Todavía le deben justicia a la víctima de Nahuelmir, y a tantas otras chicas.
El paso del tiempo borra todo menos las heridas.
Por eso nosotras escuchamos, creemos, acompañamos, y pedimos justicia.