Lo secuestraron en la Esma junto a su compañera y a su hija de dos meses. Sufrió dos paros cardíacos por la tortura. Lo pusieron a trabajar como mano de obra esclava en el sector de Documentación. Escondidas en distintas partes de su cuerpo, metódicamente fue sacando fotografías y documentos que serían prueba clave en los juicios. Escondidas en distintas partes de su cuerpo, Víctor Basterra metódicamente fue sacando fotografías que se tomaban en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde tuvo el extraño privilegio de ser el último secuestrado en salir con vida. Los controles de los marinos sobre Basterra duraron hasta bien entrada la democracia y aún después de que él se presentara ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), en mayo de 1984.
Conocé su testimonio