“¡Boliviana de mierda! ¡No mirás cuando caminás!”, le gritó un tipo de unos 65 años.
La mujer quedó callada.
Julio Giménez (testigo) intervino:
– “Che, tengan más cuidado, es una señora con un bebé”.
– “Qué defendés vos, si estos bolivianos son los que nos vienen a quitar trabajo. Igual que los paraguayos y los peruanos”, le respondió otro pasajero.
– “Pará la mano hermano, que eso es lo que venden los políticos. Somos todos latinoamericanos”, opinó Gimenez.
– “¿Vos qué sos? ¿Antipatria?”, le gritaron.
Según Giménez, desde el fondo apareció un guardia. Se había formado la fila para bajar. El uniformado avanzó hasta que escuchó que la discusión y los insultos xenófobos; “¡Uh! ¡Otra vez estos bolivianos haciendo quilombo! ¡Me tienen podrido. ¡Yo me las tomo!”, dijo.
“Fue una cosa de segundos. Se había sumado otra gente. Hubo más insultos y escuchó que uno que estaba de ropa de Grafa le dice a un compañero: “¡Uy, Daniel, la puta que te parió, la empujaste!”.
Marcelina y Josua, eran Quechuas.
El hecho ocurrió el 10 de enero de 2001 viajaba en la Línea Roca de la ex empresa Trenes Metropolitanos (TMR) para llevar a su hijo Josua de 10 meses al Hospital Finocchietto.
Desde ese entonces, no hay responsables y el caso continúa impune. Cada 10 de enero en memoria de Marcelina y su hijo Josua se conmemora el Día de la Mujer migrante, con el fin de visibilizar que la violencia machista y racista matan.