Pescadores y recolectores de especies del mar, que trabajan en el área de Caleta Córdova, dan su testimonio en este corto testimonial, a partir del impacto que la contaminación petrolera tiene en su actividad. El derrame del año 2007, uno de los más grandes de los últimos años, dejó un sabor amargo ante la falta de sanciones para los responsables por parte de la justicia federal. En el 2017, en el medio de una tormenta inédita en la ciudad de Comodoro Rivadavia se dio un nuevo derrame de importantes dimensiones, y en el 2018 otro. «Acá es cosa de todo el tiempo, y nosotros somos los perjudicados», afirman. En este corto los pescadores y recolectores se refieren al derrame del año 2017 algunos de ellos iniciaron
reclamos judiciales ante la justicia ordinaria y la federal en Comodoro Rivadavia. La causa penal esta debatiendo la competencia y entienden que no hay avances al respecto y la civil con demandas de daño ambiental en la justicia federal. Más allá de las formalidades y los trámites legales ellos se refieren a las perdidas, que no son materiales, que ocasionan estas acciones de las empresas petroleras que operan la región. El denominado «pasivo ambiental» no alcanza para explicar lo que sucede con ellos cuando la marea negra arrastra, proyectos, sueños y deseos de tener una vida en conexión respetuosa con la naturaleza.