
Fue director de Investigaciones de la Policía Bonaerense y mano derecha del general de brigada Ramón Camps durante la última dictadura cívica, eclesiástica y militar. Fue condenado a prisión perpetua en reiteradas ocasiones, por diversos crímenes de lesa humanidad, mediante sentencias dictadas en 1986, 2004, 2006, 2014, 2016, 2018, 2020 y 2021 que fueron unificadas en una pena única de reclusión perpetua.
Entre los crímenes por los que fue condenado se encuentran el secuestro y asesinato de un grupo de adolescentes conocido como la Noche de los Lápices, la apropiación de menores y la desaparición de Jorge Julio López.
Se llevó con él la verdad sobre Jorge Julio López y Clara Anahí, y cientos de personas detenidas-desaparecidas.